Para alinearnos con sus leyes. Esto es lo que quiero decir.
Los niveles inanimados, vegetativos y animales de la naturaleza precedieron a la humanidad, y a medida que evolucionaron, todos estaban en línea con las leyes de la naturaleza que incluyen la interdependencia, el altruismo y la interconexión. Cada nivel mantiene dentro de sí mismo un imperativo para cumplir su propósito y ayudar a otros componentes a hacer lo mismo. Esto también es cierto en la relación entre estos niveles.
Una forma de pensar en esto es el cuerpo humano. Cada órgano tiene una función y también funciona en armonía con otros órganos para mantener la salud del cuerpo. Si un órgano está enfermo, hay una respuesta dentro del cuerpo para ayudar a la curación. Por ejemplo, cuando una infección está presente en cualquier parte del cuerpo, los glóbulos blancos se movilizan.
Es relativamente fácil para estos niveles de la naturaleza vivir dentro de la ley general de causa y efecto porque operan por instinto. La humanidad, sin embargo, tiene cualidades que no se encuentran en ningún otro lugar de la naturaleza. Podemos sentir nuestra propia existencia, recordar el pasado y planificar el futuro, y podemos tomar decisiones. También estamos dotados de ego.
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A lo que me refiero con esta respuesta bastante larga es que nuestra preferencia innata por cumplir nuestros propios deseos primero, el ego, se está extendiendo. El ego es una fuerza útil para ayudarnos a crear y avanzar, pero si no se mitiga, se rompe el exquisito equilibrio y armonía dentro de la naturaleza. La lujuria por la riqueza y el poder ha creado, dentro del colectivo de la humanidad, el desprecio por el bienestar de los demás. Individualmente, estamos adoctrinados con la cultura del consumidor y nos centramos más en proporcionarnos cosas que realmente no necesitamos que en actividades más elevadas, como la caridad hacia los demás.
Somos parte de la naturaleza y estamos sujetos a sus leyes. Pero hemos roto la plantilla y estamos viendo los resultados en el mundo y en la naturaleza misma. Volver a alinearnos con estas leyes significa cuidar a los demás, resolver problemas junto con una intención directa de que las soluciones sirvan al bien común, respetando e integrando ideas que no sean las nuestras. Cooperación y colaboración. Entonces, por más trivial que pueda parecer, la respuesta a su pregunta es: Haz a los demás como te gustaría que te hicieran a ti.
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