En este nivel filosófico, la claridad, la precisión y la atención al detalle se vuelven críticas. Uno no puede lanzar palabras al azar y esperar alcanzar algún tipo de comprensión. Deben ser cuidadosamente considerados y examinados con detalles insoportables.
En la superficie, esta pregunta parece estar pidiendo una “prueba”. Pero, ¿qué es “prueba”? ¿Qué significa el concepto “prueba”? Una “prueba” en este contexto significa razonamiento deductivo, significa presentar evidencia para una teoría. Pero la evidencia debe ser “observada” para ser conocida. Si no hay una realidad objetiva, toda evidencia de todo es inválida y no es útil, y el concepto de “prueba” no tiene sentido.
Es la existencia misma de una realidad objetiva de la que depende el concepto “prueba”. Sin ella, no puede haber ninguna prueba de nada. Entonces esta pregunta es circular: depende de lo que pide.
Por lo tanto, no podemos “probar” la realidad objetiva, y aun así hacemos la pregunta, ¿hay alguna? En cambio, se puede validar que existe. Una validación es completamente diferente de una prueba. Validar en este contexto significa verificar qué sucedería si lo contrario fuera cierto para descartarlo.
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En este sentido, el concepto de “conocimiento” en sí mismo depende de una realidad objetiva. Si no hay uno, no hay nada que saber y no se puede saber nada, entonces, ¿cuál es el punto de hacer preguntas?
O hay una realidad objetiva y puede hacer esta pregunta, o no la hay y puede que no.