Dos principalmente. Uno que intenta resolver el aparente dilema. El otro que acepta la pregunta al pie de la letra y la responde directamente.
En primer lugar, la mayoría de los teístas afirman que Dios es el fundamento de la moralidad o la bondad. Al mismo tiempo, evitan la postura de que la moralidad existe de manera independiente o externa o en algún plano superior a Dios.
Tomás de Aquino explica esto a modo de analogía, Dios actúa consistentemente con las “leyes de la lógica”, no crea un cuadrado redondo, y sin embargo esto no se interpreta como un desafío a su omnipotencia. Así también él actúa consistentemente con su carácter esencial, que no refleja ni es paralelo al bien, pero es, por así decirlo, la base de la bondad.
Esto es un poco benéfico para la mente, porque como humanos, nuestra sensación de ser buenos (o malos) es un reflejo del grado o grado en que realmente nos conformamos con esas obligaciones que definen la bondad. Las obligaciones morales no se unen a Dios de la misma manera, ya que Dios es esencialmente bueno y, por lo tanto, el estándar supremo de la bondad. ¿Consíguelo?
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Un segundo enfoque muy diferente está representado por aquellos teístas que morderán la bala y responderán la pregunta directamente. Dicen, en efecto, a la pregunta formulada por Euthyphro que es la primera, no la última: una acción es moralmente buena precisamente porque Dios lo ordena. En otras palabras, algunos están “todos” con las implicaciones del dilema.
Por ejemplo, el comentario de Søren Kierkegaard en Miedo y temblor sobre el relato bíblico de la resolución de Abraham de sacrificar a Isaac contempla la posibilidad muy real de una “suspensión teleológica de lo ético”. Philip Quinn, un pensador contemporáneo, también explora la posibilidad de que un mandato divino pueda hacer obligatoria una acción que en un momento y contexto diferentes se consideraría incorrecto. Ver sus Comandos Divinos y Requisitos Morales (1978) .
Al opinar sobre temas de este tipo, trato de encontrar una excusa para introducir una dimensión psicológica interesante a esta conexión debatida entre moralidad y religión. El científico social Dan Ariely relata un experimento en el que la trampa o la deshonestidad de la línea de base aparentemente disminuyen si los sujetos experimentales están “preparados” con algún ejercicio religioso, como intentar recordar los 10 Mandamientos. Los que lo hacen hacen menos trampa en un contexto experimental que los que no lo hacen, no importa cuán religiosos sean los sujetos o cuántos mandamientos recuerden, si es que hay alguno (Ariely dice que nadie recuerda los diez). Puede leer más al respecto en su libro Predeciblemente irracional o escuchar su charla TED sobre el tema “Nuestro código moral de buggy”
La Enciclopedia de Filosofía de Internet tiene un artículo útil sobre la Teoría del Comando Divino en http://www.iep.utm.edu/divine-c/