¿Cuál es la moraleja de ‘The Lorax’ del Dr. Seuss?

¿Cuál es la moraleja de “The Lorax” del Dr. Seuss?

The Lorax es un libro infantil de 1971 de Theodor Seuss Geisel, también conocido como Dr. Seuss. Fue adaptado en 1972 como un especial de televisión animada, luego en 2012 como una gran película.

El personaje principal es el Lorax, quien proclama: “Yo soy el Lorax. Yo hablo por los arboles. Hablo por los árboles, porque los árboles no tienen lenguas.

La moraleja de la historia es simple de respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad del medio ambiente . Básicamente, esos esfuerzos comerciales desenfrenados eventualmente estropean el mundo natural, dejándolo como un páramo, no apto para sostener la vida.

Cosas bastante poco controvertidas. Aunque tales mensajes morales siempre parecen desconcertantemente molestos para los conservadores archiveros que perciben toda la moderación como una amenaza siniestra de izquierda. Oh, bueno, el Lorax no debería ser demasiado alarmante, los niños probablemente no lo entenderán de todos modos. Escuchemos lo que dice el joven crítico en este video. . .

¡Santo cielo! Los niños lo entienden. . .

Entonces, Fox News hace sonar la alarma con Lou Dobbs llorando subversivo, adoctrinando a los niños por el malvado e izquierdista Hollywood. Fox hace todo lo posible para transformar el Lorax de pinchazo de conciencia, en solo un pinchazo.

Finalmente, en aras de la equidad y el equilibrio, College Humor produce una historia alternativa, reemplazando esa desagradable ética antiempresarial por una justa y amigable con los negocios. En esta versión, el Lorax ha leído a Ayn Rand y ahora tiene la cabeza atornillada “a la derecha”.

Pero de cualquier manera, el Lorax ha abandonado su estación. En la versión liberal, pierde toda esperanza y se va volando. En la versión conservadora, se vende y le da la espalda.

Entonces el Lorax ha dejado una vacante. Y “a menos que a alguien le importe muchísimo, nada mejorará jamás . No es.”

El Lorax es una historia de responsabilidad ambiental, y parece aún más relevante hoy que cuando se publicó en 1971.
La moraleja es que si no cuidamos nuestro planeta y dejamos que la contaminación de la industria y la avaricia corporativa continúen sin control, terminaremos destruyendo el único hogar que tenemos.