La religión es importante porque las personas siempre han tenido la necesidad innata de liberarse de la incertidumbre, el miedo y la duda, y tener un lugar de refugio y un líder al que acudir en busca de seguridad cuando se presenta peligro o desastre. Algunas personas, más astutas que la multitud, han reconocido esta necesidad y han ideado una forma de satisfacerla. Se les llama sacerdotes, pastores y clérigos, y la religión es su dispositivo. Realmente no hay necesidad de ramas y derivados de la religión, pero cuando las personas descubren que su religión establecida o elegida no les da la cantidad o tipo de alivio o satisfacción que necesitan, buscan a otros y luego a otros sacerdotes, pastores y el clero surge para tratar de satisfacer esas necesidades.
En cuanto a por qué no podemos “simplemente ser buenos”, según Sócrates, todos buscan lo que es más útil para uno mismo o lo que es en beneficio propio, y si uno sabe lo que es bueno, uno siempre actuará de esa manera en cuanto a lograrlo. Desafortunadamente, no todos son lo suficientemente inteligentes o sabios como para saber lo que es bueno para sí mismos, y esto lleva a que “sucedan cosas malas”. La religión busca decirle a todos lo que es bueno desde su punto de vista jerárquico, no desde el punto de vista del individuo, y cuando las personas se dan cuenta de que existe esta desconexión entre la religión y lo que es bueno para ellos, tienden a desviarse de la religión.