El budismo puede considerarse como el estudio empírico de la mente. La meditación se puede considerar como un laboratorio donde observamos y estudiamos una mente activa que funciona, la nuestra. La conciencia afecta la realidad, como se describe en el Principio de incertidumbre de Heisenberg y el Efecto del observador. A niveles cuánticos suceden cosas extrañas jajaja. Además, la neutralidad del budismo con respecto a la creación, Dios, el alma, la vida futura, la realidad, la vida, la percepción, la mente, la conciencia, etc., lo convierte en una plataforma algo sólida para la investigación científica continua. Me parece una roca sólida en medio del caos y las fuerzas caóticas que cambian constantemente, tanto dentro de la mente como fuera de ella, en el mundo “externo” percibido (que es en gran medida un gran espacio vacío y no realmente sólido). El budismo se conoce como el Camino Medio, porque en este Universo, ¿no estamos siempre en algún lugar en el medio, nunca en un borde? ¿En algún lugar entre los átomos y las galaxias, en algún momento entre el nacimiento (teórico) de energía y la muerte de hierro de las estrellas? ¿En algún lugar y en algún momento entre nuestro propio nacimiento y muerte? O tal vez son todos los ciclos, por siempre y para siempre, no tenemos forma de saberlo. El budismo no nos pide que creamos en ningún absoluto, en ningún principio, final o causa particular, ya que no tenemos forma de saber, no hay forma de probar nada fuera de nuestra propia experiencia. Y estamos en el medio de todo: el universo donde sea que miremos; temperaturas hospitalarias para la vida donde estamos, infernales en cualquier otro lugar; el espectro electromagnético que abarca desde pequeñas longitudes de onda hasta longitudes de onda supergrandes, con luz y nuestra visión en algún punto intermedio; nuestra forma de vida de mamífero en algún lugar entre rocas muertas y mentes divinas sobrenaturales. Nuestro tiempo en algún lugar entre nanosegundos y eones. Como dice la canción, “Aquí estoy, atrapado en el medio contigo”. jajaja
Y el budismo nos enseña a mantener una mente y un corazón abiertos, a reconocer, aceptar y trabajar con lo que sea que encontremos en nuestra experiencia. No es una mala base para la locura de la ciencia moderna.