Creo que puedes dividirlo en dos grandes razones:
La fe no es rechazada como un punto de partida prelógico
No hay problema de justificación para los católicos. Los deontólogos y los utilitarios están atrapados en la maleza tan pronto como les preguntas cómo determinaron sus reglas fundamentales o sus resultados preferidos.
La mayoría de los agentes éticos religiosos pueden admitir que sus primeros principios éticos provienen de la fe a pesar de que sus marcos morales pueden ser tan detallados y lógicos como los de un agente no religioso.
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Mejorar a la persona; deber y utilidad seguirán
La deontología y el utilitarismo encajan mal con la comprensión católica de la acción moral. En resumen, la intención y el carácter que lo considera son muy importantes. Esto es fundamental para comprender el concepto de pecado y el problema del mal.
Es un pecado cuando sabes que lo que estás haciendo está mal. Las reglas y la utilidad pueden mitigar las implicaciones legales de sus acciones. Sin embargo, para un católico, se supone que la mancha espiritual de saber que has cometido un pecado es increíblemente angustiante, sin importar el resultado.
Usted “no debe ” pecar porque se cree que tales actos en realidad lo distancian de un estado (tanto mental como espiritual) donde puede comprender lo bueno. Por ejemplo, sigue mintiendo y te convertirás en un agente incapaz de percibir las ramificaciones morales de tales actos. El pecado degrada tu percepción de la virtud.
Tanto para el individuo como para la sociedad, el mal se entiende como la ausencia del bien. El ” deber ” católico se basa en enfatizar el uso necesario de su voluntad para hacer buenos actos. Ya sea que elija un acto malvado o simplemente renuncie a la responsabilidad y permita que continúen los males, tales actos malos se atribuyen al mal uso de su voluntad.
No hay cláusulas de escape para un agente moral católico. La preocupación católica es con la persona, no con el comportamiento (deontología) o el resultado (utilitarismo) . Es por eso que gran parte de las enseñanzas de la Iglesia se centran en el carácter: una acción obediente con buenos resultados proviene de una buena persona. Intentas convertirte en una mejor persona para convertirte en un mejor agente moral. Esa es una muy buena opción para la ética de la virtud.