Si los cristianos realmente creen que aceptar la voluntad de Dios hasta la muerte conduce a la felicidad eterna, ¿por qué los cristianos se preocupan por la colocación de los pararrayos?

Dios nunca ha expresado su voluntad como “no hagas ningún esfuerzo por preservar tu vida; vive descuidadamente hasta que algo te mate”. Aquí está una de las parábolas de Jesús:

Por lo tanto, todos los que escuchen estas palabras mías y las hagan, lo compararé con un hombre sabio que construyó su casa en una roca. Cayó la lluvia, vinieron las inundaciones, y soplaron los vientos, y golpearon esa casa; y no cayó, porque se fundó en la roca. Todos los que escuchen estas palabras mías y no las hagan serán como un hombre tonto que construyó su casa en la arena. Cayó la lluvia, vinieron las inundaciones, y soplaron los vientos, y golpearon esa casa; y cayó, y grande fue su caída.

Mateo 7: 24-27

Tenga en cuenta que él llama al hombre que construyó su casa sobre cimientos sólidos “sabio”, porque al hacerlo permitió que su casa resistiera muchas fuerzas de la naturaleza. Del mismo modo, es sabio el hombre que coloca su pararrayos de manera óptima para minimizar el riesgo de lesiones o destrucción.

Al tomar las precauciones apropiadas, nos permitimos aceptar la voluntad de Dios por el mayor tiempo posible 😉

Hay un viejo proverbio árabe: confía en Alá, pero mantén tu camello bien atado.

En otras palabras, confiar en Dios no nos exime de responsabilidad personal y de usar el sentido común.