1) Presté atención a las pequeñas cosas. Trabajar en una startup es un ambiente estresante. Trabajar en uno que tiene serios problemas de flujo de caja y fundadores egoístas que pueden haber sido buenos para obtener subvenciones RO1, pero que no saben que lo primero de administrar un negocio es peor. Reconozca rápido y salga más rápido.
2) Presté más atención a las pequeñas cosas. Hay una diferencia entre una “Visión” y una “Alucinación”. En el mejor de los casos, su tecnología cojeará directamente desde la puerta. En el peor de los casos, ganas el hedor de un vendedor de aceite de serpiente en todo tu CV cuando buscas la próxima oportunidad.
3) Entré con un plan de juego, para manejar mejor las pequeñas cosas. La suerte favorece a la mente preparada. No te unas a una startup sin considerar primero qué es lo que quieres sacar de ella. Y la respuesta no debería ser “hacerse rico”.