El Buda fue famoso por negarse a discutir las llamadas preguntas metafísicas. Esas serían preguntas como cómo se creó el mundo, quién lo creó, etc.
¿Por qué el Buda se negó a discutir esas preguntas? Su explicación es que absortos en reflexionar sobre tales preguntas solo aumenta nuestras frustraciones, nuestro sufrimiento. En otras palabras, tales temas no son propicios para traer tranquilidad (al Buda le gustaba mencionar la metáfora con un hombre disparado por una flecha venenosa, y la tontería de negarse a obtener ayuda a menos que alguien le explique quién le disparó, por qué le dispararon, etc.)
Entonces, si alguien afirma ser budista y, sin embargo, cree en Dios, eso significa que no está siguiendo las instrucciones del Buda. Se dejan atormentar por preguntas metafísicas para las cuales nunca podrán encontrar una prueba, una respuesta definitiva. En consecuencia, no podrán encontrar tranquilidad.