Es perfectamente posible llevar una vida espiritual y materialista juntos siempre y cuando uno siga los cuatro objetivos de la vida. Según el hinduismo, son Dharma (religiosidad), Artha (desarrollo económico), Kama (gratificación de los sentidos) y Moksha (liberación). Todos estos son objetivos cronológicos con un equilibrio perfecto entre ellos. A veces, debido al desequilibrio, estos objetivos pueden parecer desconectados e inalcanzables.
Srila Prabhupada dio un ejemplo en el que enfatizó que para progresar en la vida uno debe tener un equilibrio entre la vida espiritual y la materialista. Se comparó con un tren y las dos vías para ser espiritual y materialista. A menos que el tren funcione en dos vías, no avanza. Del mismo modo, a menos que tengamos un equilibrio entre la vida espiritual y la materialista, a veces se hace difícil avanzar.
Pero tener un equilibrio entre Artha (desarrollo económico), Kama (gratificación de los sentidos) no es suficiente. La base de todo debe ser el Dharma (religiosidad) y la meta debe ser Moksha (liberación). De lo contrario, el saldo siempre será de corta duración.
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