¿Está al tanto de Lebensborn eV (literalmente: “Fuente de la vida”), una asociación registrada, iniciada por las SS y respaldada por el estado en la Alemania nazi, cuyo objetivo declarado era aumentar la tasa de natalidad de los niños “arios” a través de relaciones extramaritales de personas clasificadas como “racialmente puro y saludable?” Se basó en la ideología racial de higiene y salud de los nazis (Children Of The Master Race).
¿Qué pasa con la política del hijo único de la República Popular de China, que finalizó en octubre de 2015? La preferencia de la población por la descendencia masculina, para continuar el linaje familiar, dio como resultado que millones de recién nacidas fueran abortadas, asesinadas o enviadas a orfanatos.
Existen argumentos éticos que permiten que los esfuerzos para cambiar la composición genética heredada de una persona en particular puedan ser éticamente defendibles. Por ejemplo, una pareja puede optar por tecnologías genéticas o la intervención de un tercero donde, de lo contrario, significaría transmitir una enfermedad hereditaria mortal o debilitante.
Sin embargo, la abismal historia de asesinatos y esterilizaciones llevada a cabo en nombre de la higiene racial y la “mejora” de la especie humana en los últimos 100 años es tan abrumadora que el riesgo de reaparición, deslizándose por lo que ha demostrado una y otra vez una pendiente extremadamente resbaladiza y resbaladiza debería ser suficiente para poner fin a todos los argumentos éticos a favor de la eugenesia.