La respuesta a su pregunta es simple, pero muchas personas no conectan los puntos. En verdad, someter a los niños al castigo corporal es un acto discriminatorio que refleja un prejuicio contra ellos.
Cuando la gente dice: “¡Pero son” solo “niños!”, Están expresando sus prejuicios sin ser conscientes de ello. Sin reconocer el prejuicio, llegarán a afirmar que aman y respetan a los niños, aunque en ocasiones necesitan ser golpeados.
Debido a que los prejuicios contra grupos enteros de personas son irracionales, es seguro decir que azotar a los niños y excluir a los adultos como castigo es inmoral. Simplemente no puede haber una razón moral para golpear a los niños, independientemente de cualquier excusa que se pueda ofrecer.
La gran mayoría de los pro-spankers creció en un ambiente donde aprendieron que los adultos que golpean a los niños son parte del esquema normal de las cosas y adoptan este pensamiento como parte de su sistema de creencias. Esto sirve como la razón básica de por qué es tan difícil convencer a los padres de azotes de que esta forma de castigo no es aconsejable.