Se entiende que significa que Dios está presente siempre y en todas partes. Obviamente no en el sentido físico, ya que la idea de que Dios no tiene cuerpo ni forma es uno de los principios básicos del judaísmo. Pero Dios está de alguna manera presente y viendo y oyendo en todas partes del universo, aunque de ninguna manera podemos entenderlo.
Este versículo también se toma en un sentido metafórico, lo que significa que no importa cuán bajo caigas, cuánto pecas, cuán alto te elevas, y cuántas obras justas haces y cuánta Torá aprendes, Dios siempre está allí observando. Por un lado, podemos verlo ya que no podemos escapar de Dios sin importar dónde estemos. Él siempre está presente y observando y nosotros estamos bajo su poder omnipotente. Pero, por otro lado, significa que incluso si somos grandes pecadores, Dios está allí para escuchar nuestras oraciones y siempre está cerca de nosotros si queremos su presencia.
Esas son algunas de las explicaciones que he escuchado. También hay algunas melodías muy bonitas para los versículos 6–8:
- Según la ley judía, ¿qué le sucedería a un judío que se ve obligado a comer Jametz durante la Pascua?
- ¿Cómo se vería Uganda si los judíos se establecieran allí en lugar de Israel?
- ¿Cómo puede un judío saber que está perdonada del pecado de un pueblo? No tuvo oportunidad de disculparse antes de que su padre muriera repentinamente de un derrame cerebral.
- ¿Cómo se sienten los judíos Ashkenazi sobre sus conexiones genéticas con los italianos?
- Como judío no religioso, ¿le interesaría estudiar Torá una vez por semana con un judío ortodoxo?