Solo fue seleccionado en inglés y algunos otros idiomas. Casi todos los idiomas que hablan los cristianos en todo el mundo tienen un nombre diferente para Dios.
La palabra “Dios” nos llega de un dialecto bajo alemán hablado por tribus llamadas los Engels y los sajones que lo portaron a Inglaterra (Engel-land) y lo usaron allí hasta la conquista normanda. Es una de las numerosas palabras anglosajonas que han sobrevivido en el inglés actual, holandés, escandinavo, etc. Está relacionada lingüísticamente con el “Gott” alemán, y ambas estaban en uso mucho antes del cristianismo. Cuando estas sociedades se convirtieron al cristianismo, sus versiones antiguas de “Dios” eran la palabra más adecuada que tenían para “ser supremo”.
En las lenguas romances (derivadas en gran medida del latín), las palabras para Dios, por ejemplo, Dieu (francés) y Dios (español) se originan en el latín Deus, que en sí proviene del griego antiguo Zeus.
Los idiomas ugrofineses tienen diferentes nombres para el Dios cristiano: jumala o luoja (finlandés), isten (húngaro), jumal (estonio). Al igual que los idiomas en sí, estas palabras tienen historias precristianas que no están relacionadas con los idiomas germánicos o latinos.
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El hebreo bíblico y actual en realidad tiene varios nombres para Dios:
- Elohim – el Creador (usado a través de Génesis)
- El – el Primero, el Todopoderoso
- YHWH – traducido de diversas maneras como Yahweh, Jehová, etc. – “Yo soy el que soy” o el Autoexistente
- Adonai – el Señor
- Ha Shem – el nombre
… y bastantes más. Según lo registrado, el grito de Jesús desde la cruz, “Eli, Eli”, es gramaticalmente la forma posesiva singular de “El”, que literalmente significa “Dios mío, Dios mío”.