Sí, para acciones que son suficientemente negativas, definibles y detectables.
La ley encarna muchas de las creencias morales y éticas generales de una sociedad, pero también tiene que ser práctica, definible y exigible. Tiene que ver más con prevenir el daño y restringir y regular el comportamiento negativo, que con fomentar el comportamiento positivo. Definir, hacer cumplir, enjuiciar y defender la ley es muy costoso, y los estándares sociales tienen muchas variaciones, por lo que la ley tiene que encontrar un conjunto “mínimo” de estándares que aún creen incentivos negativos contra el comportamiento poco ético.
La ley debe definirse en términos de comportamientos y resultados, porque estos pueden detectarse y medirse objetivamente, en lugar de basarse en creencias, actitudes o intenciones. Con las nuevas tecnologías esto puede cambiar de manera que incomodará a muchas personas y requerirá mucha discusión pública. Ver Red de Investigación de la Fundación MacArthur sobre Derecho y Neurociencia
y sitios relacionados de derecho y neurociencia.