Creo que es un grave error pensar que el budismo es una especie de bálsamo que otorga una paz etérea a sus creyentes. Consideremos, por ejemplo, a los budistas de Myanmar, que persiguen sin piedad a su indefensa minoría rohingya; los rohingya han sido descritos a veces como las personas más perseguidas en la tierra. Han estado viviendo en la costa este de la Bahía de Bengala (la costa oeste de Myanmar) desde mucho antes de que los británicos impusieran la frontera internacional entre Bangladesh y Myanmar, atrapando a los rohingya dentro de lo que hasta hace poco se llamaba Birmania. El gobierno de Myanmar está permitiendo que las multitudes budistas realicen sangrientos pogromos contra los rohingya, alegando que son inmigrantes ilegales.
Entonces, sí, los budistas son personas falibles, como cualquier otra persona, y pueden ser incitados a cometer crímenes horrendos.