No existe un mecanismo acordado por el cual tenga lugar la reencarnación. Si le preguntas a un budista tibetano, a un budista theravada, a un budista zen japonés y a un budista zen estadounidense, obtendrás diferentes respuestas.
Estoy respondiendo como un budista zen estadounidense que sigue una tradición coreana. También tengo inclinaciones científicas agnósticas y seculares.
La reencarnación es un proceso constante que no solo ocurre al morir. Cada momento, ese fenómeno etiquetado como “yo” está influenciado por otros fenómenos. Ya sea el clima, conversaciones e interacciones con otros, aire, comida, agua. Cada momento, el “yo” se ve sutilmente influenciado y cambiado, y nace de nuevo en cierto sentido, ya que no es lo mismo que antes. De la misma manera, el “yo” influye en todo lo que lo rodea, ya sea mediante una acción concreta o eligiendo realizar la inacción. Durante la vida de un individuo, sus acciones crean ondas a través de su entorno. Estas ondas también persisten después de la muerte y continúan influyendo en los eventos. Un ser moldea su entorno tal como se moldea a sí mismo. Una generación se reencarna esencialmente en la vida de los que siguen.
Desde una perspectiva budista, esto es ilusorio ya que es temporal, está mal definido y carece de forma o límites permanentes. Las células en el cuerpo crecen y mueren y sus restos son expulsados como desechos. Cada siete años más o menos, el contenido material del cuerpo es en realidad completamente diferente. Del mismo modo, los contenidos de la mente que residen en el cerebro: pensamientos, hábitos, recuerdos, compulsiones, ideas, creencias, valores, todos cambian y finalmente se extinguen con la muerte.
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Por supuesto, ignorar el “yo” convencional es una mala idea. ¿Cómo podría comunicarse con alguien que se aferró fuertemente a sus ideas de no ser? Con esa perspectiva idealista sería imposible funcionar correctamente y ayudar a los demás. Sin embargo, es importante verificar experimentalmente que el “yo” es ilusorio para liberarse del sufrimiento provocado por el cambio y generar compasión por los demás.