Sabiduría: ¿Quién habla verdades profundas sucintamente?

Los niños, y a menudo aquellos que pensamos son miembros marginales de la sociedad. No tienen filtro y reconocen verdades simples y profundas.

Historia verdadera:

Una amiga mía, que es abuela, conducía un día en el automóvil con su nieto autista de 8 años.

Mi amigo estaba tratando de enseñarle al niño cómo llegar a casa en caso de que alguna vez se perdiera. Ella estaba tratando de que el niño tomara conciencia de los alrededores de su vecindario y poder dirigir su propio camino a su casa en caso de que el niño alguna vez saliera de su casa.

Se suponía que este era un momento de enseñanza para el niño.

Entonces mi amiga estaba tratando de fingir que estaba perdida y no podía llegar a su casa. Fingió volverse frenética mientras conducía para que el niño se fijara en los alrededores del vecindario.

Mi amiga comenzó a decir cosas como: “¿Sabes qué calle tomar? La abuela está perdida, necesita tu ayuda”.

El nieto dijo: “Abuela, ¿por qué necesitas mi ayuda?”

Mi amigo respondió: “Estoy un poco perdido y no puedo encontrar mi camino. Sé a dónde debemos ir, pero no sé cómo llegar allí”.

El nieto guardó silencio por un momento y luego respondió desde el asiento trasero del auto mientras la miraba a través del pequeño reflejo del espejo del parabrisas: “Abuela, no estás perdida en absoluto. Estás aquí. ¡Estás justo AQUÍ!”

“Estás aquí conmigo”.