¿Por qué la “libertad de religión” es algo que debe practicarse en privado, pero se fomenta la “libertad de sexualidad” en la corriente principal?

Primero, quisiera objetar la premisa de su pregunta. ¿De qué manera se fomenta la “libertad de la sexualidad”, y de la misma forma en que se alienta a las personas a mantener la religión en privado? Hasta donde puedo ver, la discusión sobre los derechos religiosos se trata casi por completo de poder manifestar la religión en público, y sobre la libertad de asociarse con los correligionarios. Además, la libertad de la sexualidad me parece totalmente preocupada por lo que hacen los adultos que consienten en privado. ¡No hay una gran campaña que exija un cambio en las leyes de decencia para permitir que las personas tengan relaciones sexuales en público!

No obstante, creo que las diferencias que estás percibiendo tienen que ver con el impacto de la religión y la sexualidad en otras personas. Las creencias religiosas tienen el potencial de afectar drásticamente las políticas públicas y la toma de decisiones, ya que, por su naturaleza, se trata de regular el propio comportamiento y el de otras personas. Por lo tanto, tendemos a desconfiar de las personas que muestran demasiado entusiasmo público por una religión en particular, y alentamos la ‘privacidad’ en este sentido.

Eso no es una preocupación con la sexualidad. Los homosexuales no consideran que su sexualidad sea una elección que otras personas deberían verse obligadas a practicar también. El impacto de tal toma de decisiones políticas es limitado, por lo que tendemos a relajarnos acerca de que las personas sean abiertas sobre su sexualidad.