Curiosamente, el relato del Génesis presenta a la serpiente como el perpetrador del mal en forma de información errónea (“seguramente no morirás”) al ofrecer una interpretación errónea de las palabras de Dios. Pero el “origen” del mal como se describe en Génesis incluyó otros dos.
Aún más interesante es el hecho de que 1 Timoteo 2:14 explica claramente que el engañado tenía la mayor culpa. En otros pasajes del NT, se nos da a entender que uno debe tener fe para agradar a Dios (Hebreos 11: 6) y la fe se equipara con el conocimiento (Mateo 17; 14–21). Afortunadamente, el conocimiento que debemos buscar se define como la palabra de Dios (Romanos 10:17) para que sepamos dónde buscar.
Entonces, podemos concluir que el origen del mal (como lo describe Génesis) estaba compuesto por 2 componentes principales: la intención de engañar y la vulnerabilidad a ese engaño. Obviamente, estas observaciones generan preguntas adicionales, fomentando así el desarrollo del conocimiento y haciendo que uno sea menos susceptible a ser engañado.
Piénsalo….
- ¿El propósito de la ley es obligar a las personas a hacer lo correcto?
- ¿Los magos usan sus habilidades para hacer cosas inmorales, como robar?
- ¿Por qué las personas hacen cosas malas que se lastiman a sí mismas y a los demás? ¿Se debe a la ignorancia inocente, a la depravación deliberada, o a ambas?
- ¿Está mal el canibalismo? ¿Por qué?
- ¿Crees que montar elefantes está realmente justificado?