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“El camino del equilibrio”
Buda comparó la vida con Veena, un instrumento musical.
Si está demasiado apretado, las cuerdas se romperán por la tensión.
- ¿A quién no ve el rey de la muerte?
- ¿Cómo podríamos hacer que la espiritualidad sea más liberal?
- ¿Por qué se propaga el budismo en los tiempos modernos?
- ¿Es el budismo zen antiintelectual?
- ¿Existe hoy la forma original del budismo, como lo enseñó el Buda?
Si es demasiado flojo, no habrá música.
Este era el camino medio de Buda.
Este era el camino del equilibrio,
de no dejarse llevar,
de disfrutar sin indulgencia y espiritualidad sin abstinencia.
La forma más práctica.
Los deseos son parte de nuestra existencia y su supresión da lugar a complejos, mientras que la indulgencia ciega es una raíz de la obsesión.
Un hombre puede ir a Himalaya o Kanyamukari para el desapego y la meditación. Puede denunciar su propiedad, su familia, su sociedad, pero si puede denunciar su mente, la misma mente irá con él y no le permitirá meditar en ninguna parte del mundo.
De hecho, el camino intermedio, la forma de vida familiar y profesional, es también el camino más adecuado para la mayoría de nosotros, aún no en un estado altamente consciente.
El camino del medio, es muy similar al camino del Tao. El camino de la espontaneidad.
Permitir que nazca el deseo, observar cómo crecen y dejar que se expresen en el espacio mental y después de una saciedad parcial (no hay saciedad completa de los deseos) verlos debilitarse y hundirse lentamente en el fondo.
Permitir la expresión de los deseos, disfrutar de su saciedad parcial y dejarlos desaparecer.
Similar fue el sistema de ashram de Brahmacharya, Grihastha, Vanprastha y luego Sanyaas.
Gita también nos enseña a actuar según el papel que desempeñamos y la situación sin indulgencia y apego a los resultados.
En una vena más clara
Un yogui: “Mi maestro solo come unas pocas frutas una vez a la semana”.
Otro yogui: “Mi maestro solo duerme una vez a la semana”.
Un taoísta: “Mi maestro come cuando tiene hambre y duerme cuando tiene sueño”.
Afortunadamente, con la sabiduría de Buda, Tao y el Gita, podemos progresar en el camino de la felicidad mundana junto con el crecimiento espiritual.