La práctica principal del budismo de Nichiren es cantar “Namu Myoho Renge Kyo”, que es una expresión de fe y devoción al Sutra del loto y su mensaje de que la budeidad es universal y ya está presente en la vida de todos los seres. Los budistas de Nichiren también cantan otros pasajes del Sutra del loto en sus devociones diarias. Las enseñanzas del budismo de Nichiren se derivan del budismo T’ien-t’ai y su interpretación del Sutra del loto, particularmente la enseñanza de que “los tres mil mundos están en cada momento de pensamiento”, que es el T’ien-t’ai forma de entender el abrazo mutuo de todos los modos de vida, particularmente la forma en que el “mundo” de la budeidad contiene y está contenido por los “mundos” de los no iluminados. La práctica del budismo de Nichiren tiene como objetivo llevar el mundo de la budeidad al centro o la vanguardia de la vida en lugar de su forma habitual de ser pasado por alto y descuidado, mientras que dominan modos de vida menos saludables. De esta manera, todo se puede transformar en lo que realmente es: una tierra de Buda llena de budas y de camino a la budeidad. Las innovaciones de Nichiren fueron principalmente que proporcionó una forma simple para que todas las personas lo practicaran (al cantar Odaimoku), insistió en que el foco de la devoción para los budistas debería ser el Buda Eterno Shakyamuni del capítulo 16 del Sutra del loto que encarnaba la comprensión más completa de la budeidad, y su idea de que, en lugar de las plataformas de ordenación monástica, debería haber una plataforma de la Puerta original del Sutra del loto por la cual todas las personas pudieran seguir la práctica del Sutra del loto y alcanzar la budeidad por igual.
La práctica zen es principalmente meditación sentada silenciosa. Esto puede ser en el modo de “simplemente sentarse” en una conciencia aún erguida (como en Soto Zen), o practicando la contemplación de koans (como en Rinzai Zen), que son anécdotas cortas que expresan algún principio de la enseñanza budista pero en una manera que se resiste a la conceptualización al respecto y, en cambio, apunta a encarnar ese principio en la vida real. Las liturgias y enseñanzas budistas zen se basan en muchos sutras, aunque con frecuencia se recitan el Sutra del corazón y los capítulos del Sutra del loto, y dharanis de diferentes sutras como el Sutra Surangama. El Sutra del diamante, el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra Lankavatara también reciben cierta atención. El pensamiento de T’ien-t’ai también se basa, al igual que las enseñanzas de otras escuelas Mahayana anteriores, pero el Zen cree que uno no debe quedar atrapado en la mera conceptualización del Dharma, sino que debe realizarlo por sí mismo bajo la guía de un Zen Maestro.