Sencillo. Las personas están motivadas por el instinto de sobrevivir. Si tienen hambre y ven que los muchachos del pueblo vecino tienen un mejor pozo de pesca y saben que pueden quitárselo, lo hacen. (Con o sin religión, los religiosos usarán las diferencias religiosas para crear una “razón”, pero casi siempre se puede rastrear hasta el interés propio).
El tribalismo y los prejuicios evolucionaron como una forma de protección: sabías que tu gente tenía tu espalda y los extraños eran peligrosos. Antes de las drogas modernas, un extraño que visitaba podría matarte si traían gérmenes extraños. O podrían ser un explorador de esa aldea que explora tu agujero de pesca.
Mira a los niños jugando. Son totalmente automotivados y hay que enseñarles conceptos como compartir. Afortunadamente, formar grupos sociales TAMBIÉN aumenta nuestras probabilidades de supervivencia. Y, para funcionar en grupos, hemos creado un conjunto de normas sociales para que la mayoría de los niños sean socializados y se les enseñen las reglas de la sociedad. Eso no requiere religión, simplemente requiere que los padres quieran que sus hijos sobrevivan. Enseñar normas sociales aumenta las posibilidades de supervivencia de su hijo. Lo que a su vez es en su propio interés, ya que no desea que se le escape de la comunidad o que sus hijos se quemen en la hoguera, lo que le permite valerse por sí mismo en su vejez.
La sociedad moderna ha pulido los extremos de algunas de estas prácticas tribales, pero no tanto como nos gusta pensar. Aún así, mantengo la esperanza ya que nuestra sociedad cada vez más global nos expone a todos a perspectivas y tipos de personas más diferentes que nunca. Estamos presenciando una reacción violenta ya que el ritmo del cambio está asustando a las personas, especialmente en las sociedades que están a solo unas pocas generaciones de la vida tribal. Pero, si podemos evitar la Segunda Guerra Mundial, deberíamos ver que nuestra definición de tribu continúe expandiéndose y nuestra definición de “el otro” se reduzca. (Ya lo estamos viendo en adolescentes y adultos jóvenes que crecieron con Internet y aceptan mucho más todo, desde diferentes razas hasta el matrimonio homosexual).
- En realidad soy ateo. Como a veces hablo con viejos amigos a través de las redes sociales, les hablo de ocasiones religiosas anteriores. Dicen que yo también soy ateo. Ya no sigo cosas religiosas. ¿Estoy poniendo a otros en mi categoría o algo así?
- ¿Qué aman más los ateos acerca de los cristianos?
- Creo que poco a poco me estoy convirtiendo en ateo. Esta bien?
- ¿Cómo pueden los ateos evitar ser arrogantes cuando hablan de ateísmo con amigos religiosos?
- ¿Hay algún inconveniente, desafío o peligro potencial con el ‘ateísmo’ hoy en día? En caso afirmativo, ¿qué son y cómo se pueden superar?
Todo esto tiene mucho más sentido para mí que la idea de que una persona comió una manzana y que millones de personas están siendo castigadas por ello todo el tiempo.