Las almas existen en, y todo sucede, en el paso pero siempre presente AHORA.
De vez en cuando, cada momento que haces lo que sabes que no deberías estar haciendo por lo que preferirías hacer, estás haciendo un trato de momento a momento con el Diablo.
Lo que sea que haya decidido intercambiar ese momento de su vida terrenal le dirá si hizo un trato con el Diablo o con Dios.
Un trato es un intercambio. Ambos obtienen algo del intercambio. Intercambias cada momento de tu vida terrestre por lo que quieres en ese momento o en algún momento futuro. Sin embargo, cuando bailas con el Diablo, estás jugando con el Príncipe de la Magia. Y, nunca lo olvides, la magia SIEMPRE tiene un precio. Y puedo garantizarle que nunca sabrá realmente el precio hasta que realmente lo esté pagando.
- Si los ángeles no tienen una naturaleza pecaminosa, ¿cómo fue capaz de pecar Lucifer?
- ¿Los templos indios permiten que solo los hindúes entren al templo sanctum sanctotum?
- ¿Se extinguirá el cristianismo en Occidente?
- ¿El Partido Republicano se volverá menos popular a medida que disminuya la religión?
- ¿Cuáles son las mejores estadísticas para demostrar que el terrorismo no tiene religión?
Ah, y no te preocupes. El diablo conoce tu precio antes de que elijas pagarlo.
El diablo, Satanás, Lucifer – diferentes trajes, diferentes conciertos – al final es el mismo probador de almas divinas que realiza un trabajo extremadamente importante para Source. Es por eso que prefiero el nombre Lucifer sobre el Diablo. Lucifer es latín para portador de luz o portador de luz. Una vez que elijas bailar con Lucifer, has hecho el trato con el diablo y verás la luz de la verdad a través de los dientes de Satanás. Espero que no te duela mucho.
Pero diviértete hasta que llegue el coleccionista.