Hipatia demostró suficientemente las virtudes del cristianismo casi en el año 450 EC. Es una pena que no aprendimos la lección en ese momento, o con Galileo, o la primera Inquisición Papal que condujo a uno de los casos históricos de genocidio más completos y mejor documentados que tenemos (de la civilización cátara; por cierto, el juego de mesa “Carcasona” representa el sitio antes de esto, y practica durante y después de establecer un precedente para la adquisición papal de riqueza temporal, títulos y autoridades).
Podemos continuar de esta manera, dando una idea de la tradición cristiana con el ejemplo de cómo trataban a personas como Copérnico. Y podemos dar más iluminación (si no es deseada) señalando los comentarios (y refutaciones) ofrecidos por personajes históricos como Spinoza. Y a Hume. Y a Huxley. Y a Darwin. E incluso podemos dar una idea cuando reconocemos la falsedad del dogma cristiano con autores como Russel. Y Hitchens. Y a Dawkins. y Freud
Finalmente, podemos abordar la moralidad, tanto las afirmaciones del cristianismo (e incluso sobre la base de que son verdaderas), y de lo que significa si no lo son, con los comentarios, directos y de otro tipo, de Dostoievski y Fausto, y Goethe, y Tolstoi, y Shakespeare.