Esa palabra “religión” es problemática porque tiene muchas definiciones diferentes.
Después de que pecaron, Adán y Eva hicieron delantales con hojas de higuera para cubrir su desnudez. Se ha sugerido que estas cubiertas de hojas de higuera representan la religión, un intento del hombre para cubrir la vergüenza de ser descubierto, espiritualmente hablando.
Debido a la separación del hombre de Dios, las personas cayeron en la oscuridad espiritual. Las muchas religiones que se han desarrollado son intentos de recuperar lo que se perdió a través de varios “sistemas particulares de fe y adoración” (una de las definiciones de religión).
Adán y Eva no “pertenecían a una religión”. Simplemente tenían un conocimiento simple de Dios, una relación con Él que habían desarrollado en el jardín del Edén. Perdieron una gran proporción de esa relación después de pecar porque ya no disfrutaban del mismo grado de acceso a Dios que tenían en el Edén. Ya no caminaban en esa misma luz.
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Una vez que se apagó la luz, el consiguiente andar a tientas en la oscuridad y la ceguera condujo a todo tipo de caminos retorcidos y callejones sin salida (religiones), no solo dando lugar a tropiezos y caídas, sino a la muerte espiritual. Los líderes carismáticos surgieron de vez en cuando e influyeron en las personas para que los siguieran, pero en la mayoría de los casos ha sido el ciego el que guió al ciego.
Por eso hay tantas religiones hoy. Adán y Eva cayeron en la oscuridad y no pudieron pasar la poca luz que tenían, excepto que Dios se aseguró de que siempre hubiera uno de sus descendientes para llevar la antorcha y mantener vivos los propósitos de Dios en la tierra.
Afortunadamente para la humanidad, una luz ha brillado en la oscuridad de la tierra (Juan 1: 1-13). Es solo cuestión de tiempo antes de que Aquel que dijo que Él es la Luz del mundo (Juan 8:12) venza y elimine completamente la oscuridad.