Mis puntos de vista y experiencia son atípicos y mi experiencia de fuerza está invertida. Uno puede darse cuenta del vacío interior. La realización de Dios destruye todas las cosas que uno necesita fuerza para proteger. Uno no necesita fuerza para proteger las esperanzas, cuando sabe que las esperanzas son ilusiones. Uno no necesita fuerza para proteger las visiones de cómo deberían ser las cosas, cuando uno se da cuenta de que la realidad es siempre como debería ser. Uno no necesita fuerza para proteger su cosmovisión, cuando se sabe que la cosmovisión es imaginaria. Necesitamos fuerza para proteger nuestras ilusiones construidas, como una casa necesita bomberos para protegerla de los incendios forestales. Una vez que la casa se incendia, no queda nada para quemar. Dios puede dar fuerzas quemando las ilusiones y fantasías.
Contrariamente a lo esperado, esta situación puede traer libertades significativas. Ya no hay cosas que proteger ni impuestos que pagar. La fuerza que tienes es solo la respuesta que sucede, y no los miedos de lo que debería ser la fuerza. Es como la fuerza de levantar pesas, en lugar de preocuparse por levantar pesas. Como Byron Katie dice “la vida nunca te dará nada que no puedas manejar” (incluso si ese manejo es por falla, colapso o muerte). Cuando la casa se incendia, la Tierra y el aire no desaparecen. La tierra es lo más fuerte. Simplemente ponga un pie delante del otro y siga caminando.