Dios siempre está ahí.
Dios siempre está escuchando. Él siempre te escucha cuando hablas. Dios siempre está ahí, pero su presencia no siempre se manifiesta. ¿Qué trae su presencia a la manifestación? La respuesta en “intimidad”.
“Acércate a Dios y Él se acercará a ti …” Santiago 4: 8
Es como una típica relación humana. Si pasa mucho tiempo lejos de un amigo o amante, tendrá que ponerse al día cuando se reúnan. Esta separación puede no ser siempre física, podría ser una distancia emocional o mental. Podrías estar con una persona pero descubre que ya no te estás conectando. Su cuerpo puede estar presente pero su mente y su corazón están muy lejos. Podrías estar allí pero no estar presente. Esto también se aplica a nuestra relación con Dios. A veces nos alejamos de Dios inconscientemente y pasamos demasiado tiempo con nosotros mismos.
- ¿La semana tiene 7 días porque Dios creó la Tierra en el mismo número de días?
- ¿Cómo puedo evitar que algo suceda una vez que Dios lo decida?
- ¿Puede el cristianismo derrotar al islam por razones teológicas?
- Si Dios lo sabe todo y sabe lo que harás antes de hacerlo, ¿cómo eso no infringe el libre albedrío?
- ¿Qué piensan generalmente los católicos laicos de los reformadores protestantes?
Además, su enfoque en la relación podría verse reducido por su atracción hacia otras personas u otras cosas como el trabajo o los deportes, creará un desequilibrio en la relación. Te encontrarás alejándote lentamente y sin conectarte con tu pareja. Te llevaría realinear tu enfoque para realmente reconectarte con ellos en un nivel íntimo.
Cuanto más tiempo pases con Dios, más de su presencia llevarás contigo. Si hablas con Dios constantemente, constantemente, cada vez, en todas partes, cada discusión será como comenzar donde te detuviste. Habría una especie de continuidad, sin necesidad de reconectarse o ponerse al día.
Seamos sinceros. Estar constantemente conectado a Dios en nuestro mundo como el nuestro no siempre es posible. Así como podemos desconectarnos de nuestras relaciones humanas, también nos desconectamos de Dios. Nadie es perfecto. Dios siempre lo es. Por eso somos nosotros los que nos alejamos. Dios nunca se va. Él siempre está ahí. ¡Solo cree!