Primero, la virtud es una característica del hombre que implica elección y hay dos clases diferentes: virtudes intelectuales y virtudes morales.
El primero requiere un cierto tipo de desarrollo que toma la forma de experiencia y tiempo, mientras que el segundo está formado por hábitos (por lo tanto, no implantados en nosotros por naturaleza). Además, las virtudes tienen algo que ver con acciones y emociones, pero al mismo tiempo no pueden reducirse a estas cosas.
Teniendo en cuenta estas afirmaciones, la virtud también es la media entre el exceso y el defecto, pero esto es difícil porque no todas las acciones o emociones tienen un significado. Usando los ejemplos de Aristóteles, hay acciones y emociones que connotan bajeza, por ejemplo, la envidia o el engaño. Por sus propios nombres, estas cosas son malas, por lo tanto, nunca podría realizarlas correctamente, o como la gente dice en estos días, “por las razones correctas”. Simplemente no puede engañar a su novia con la mujer correcta, en el momento correcto, En el camino correcto.
Debido a que uno necesita una razón correcta para determinar la media entre el exceso y el defecto, la primera y mejor virtud para practicar es la prudencia o la sabiduría práctica. El segundo es la justicia, que incluye honestidad e integridad. El tercero, la templanza y el cuarto, el coraje de ser bueno. Por último, pero no menos importante, uno necesita cortesía.