¿Qué dice el judaísmo sobre las donaciones de órganos, tanto de personas vivas como con muerte cerebral?

Samara Schwartz lo dirigió a una buena fuente de información sobre esto.

Esta es una pregunta compleja, sobre la cual he escrito (en hebreo y traducido al español), y hay varias consideraciones y diferentes puntos de vista de diferentes autoridades judiciales judías.

Me gustaría agregar solo una observación. “Muerte cerebral” no es un término claramente definido. Si se refiere a una “línea plana” en un electroencefalograma, eso no es motivo suficiente para considerar que un donante de órganos potencial está muerto, lo que permite tomar sus órganos para las personas que los necesitan. Tantas personas han revivido después de estar en ese estado durante años, que ya no puede considerarse “un milagro médico”, sino que esa persona está viva. Por otro lado, hay autoridades judías que consideran que una persona está muerta de acuerdo con la ley judía si su tronco encefálico está muerto, de modo que (según nuestro conocimiento) la persona nunca más podrá respirar de forma independiente. Se requieren pruebas y circunstancias especiales para asegurarse de que el tronco encefálico de una persona esté muerto.

Las respuestas más completas se pueden encontrar en la Halachic Organ Donors Society. FAQ – HALACHIC – HODS Los artículos pueden ser un poco densos si no está acostumbrado a ello, pero pueden ser resueltos.

La regla general sobre la donación de órganos es que solo se puede hacer para salvar una vida. Por lo tanto, donar un riñón, sangre, etc. es aceptable mientras está vivo. Del mismo modo, si se puede especificar que los órganos extraídos solo se utilizarán en procedimientos que salvan vidas, la mayoría de los poskim (decisores de la ley judía) lo permiten con muerte cerebral, pero los órganos no se pueden extraer con ningún otro propósito. Si no se puede especificar el uso de los órganos, entonces no está permitido.

El judaísmo valora la preservación de la vida, “pikuach nefesh”. La ética judía se basa en si la acción que se realiza (es decir, la donación de órganos) es principalmente un acto de dar vida. El judaísmo considera que la donación de órganos (como un riñón) es muy recomendable si está salvando la vida de alguien (y no pondrá en peligro al donante).