Al abordar el tema de la ira, el Señor Jesús declara: “El que se enoje con su hermano sin causa correrá peligro del juicio; y el que diga a su hermano, Raca, correrá peligro del consejo: pero Cualquiera que diga: Necio, correrás peligro de fuego del infierno “(Mateo 5:22).
La ira puede ser un pecado mortal y es por eso que la Biblia dice: “La ira es cruel y la ira es indignante” (Proverbios 27: 4). Así, Dios nos exhorta a estar enojados sin pecar; al no dejar que el sol se ponga sobre nuestra ira (Efesios 4:26). El hombre que es lento para la ira se describe como “de gran comprensión” (Proverbios 14:29) y “mejor que el poderoso” (Proverbios 16:32).
Según la Biblia, la ira descansa en el seno de los necios, por lo que se nos aconseja no apresurarnos en nuestro espíritu a estar enojados (Eclesiastés 7: 9) y usar nuestra discreción para diferir nuestra ira (Proverbios 19: 1I). Por lo tanto, la forma bíblica de lidiar con la ira es ser “rápido para escuchar, lento para hablar, lento para la ira” (Santiago 1:19). Y lo mejor que puede hacer es “Cese de la ira, y abandone la ira: no se preocupe de ninguna manera de hacer el mal” (Salmo 37: 8).
Verdaderamente, cuando un hombre se enoja rápidamente, puede perder tanto —su trabajo, amigos, hijos, esposa, salud, testimonio— no hay nada más debilitante en su testimonio cristiano que el hecho de que se salga de control. Esta es la razón por la cual se ordena a todos los cristianos que dejen de lado toda malicia, amargura, ira, ira, clamor, hablar mal y otros vicios asociados (Efesios 4:31; Colosenses 3: 8).
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Sin embargo, el siguiente consejo cristiano dado por Adrian Rogers le ayudará a uno a procesar la ira cuando comience a acumularse dentro de la persona:
• Confiesa: lleva tu ira y su causa raíz (incluyendo preocupación y falta de fe) a Dios y experimenta su perdón y curación.
• Considere: determine por qué está lleno de ira y busque la provisión de Dios para liberarse de ella (Efesios 4:31).
• Control: “’No peques dejando que la ira te controle’. No dejes que el sol se ponga mientras todavía estás enojado, porque la ira le da un punto de apoyo al diablo ”(Efesios 4: 26-27). En cambio, el poder y la presencia del Espíritu Santo dentro de ti proporcionarán lo que se necesita para “renovar tus pensamientos y actitudes” (Efesios 4:23).