Usando la deducción natural (una herramienta común y muy útil en la aplicación de la lógica), una conclusión derivable de algunas premisas es verdadera cuando las premisas son verdaderas, siempre que formen un conjunto válido y use las reglas correctamente, etc.
La conclusión en este ejemplo es: A implica C.
Este es un material condicional, que se puede derivar usando la siguiente regla:
Primero asumes algo, en este caso: “A”. Luego, usando varias reglas de deducción natural, intenta llegar a una conclusión, en este caso: la consiguiente “C”. Dado que el consecuente es verdadero siempre que el antecedente sea verdadero, el condicional (o implicación) también es verdadero.
Material condicional:
A implica C
“A” es el antecedente “, implica” el condicional y “C” el consecuente.
Si aplicamos esto ahora, a su ejemplo, al enumerar primero las dos premisas, podemos intentar llegar a la conclusión deseada.
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1. A implica B (Hecho dado)
2. B implica C (hecho dado)
3. A (Asunción)
4. B (de 1 y 3)
5. C (de 2 y 4)
6. A implica C (ya que pudimos derivar C directamente de A)
Como pudimos derivar “A implica C” de las dos premisas, la conclusión es válida siempre que las premisas se cumplan.
Las excepciones mencionadas en las otras respuestas no se refieren a lo que normalmente se llama “implicación”, como en la respuesta anónima, o no a la lógica booleana “normal”. En otras palabras, los casos en que esto no se cumple son muy restringidos o bastante exóticos.