¿Por qué la gente está orgullosa de su religión, raza, credo, casta y lucha por ella?

La respuesta radica en dos aspectos: verdad y creencias.
Las ideas en las que creemos están predispuestas y aprendidas a lo largo de nuestra vida, a partir del día, cuando comenzamos a comprender las letras y las palabras de este mundo. Estas ideas, o al menos la mayoría de ellas, no se aprenden por elección; los adquirimos de forma esponjosa.

Más tarde, cuando envejecemos y nos abrimos a nuevas ideas globales, nuestras mentes enfrentan una especie de desastre.

Pero antes de llegar a conclusiones, considere otro aspecto; la verdad. Refiriéndose a un libro, “¿por qué miento?”, El autor afirma que mentimos porque no nos gusta la verdad que contradice nuestras creencias. Aceptamos dolorosamente, si aceptamos, ideas que contradicen nuestros estilos de vida y tienen el potencial de cambiarlas. De este modo, cuando nos topamos con nuevas ideas, afirmadas como verdaderas, tendemos a mentirnos a nosotros mismos y a los demás, para preservar la situación actual.

¿Cómo se combinan estos dos aspectos para responder la pregunta? Habiendo predispuesto un conjunto de creencias, que no estamos listos para cambiar, y por lo tanto teniendo cierto orgullo por ellas, contrarrestamos agresivamente cualquier amenaza, ya sea ofensa o verdad, solo para permanecer como estamos. En este caso, cualquier razón, y quiero decir CUALQUIERA, puede crear una especie de desequilibrio con efectos adversos.

Una vez, mi amigo quería el consejo de una persona religiosa, y fui con esta persona. Francamente, pensé que sería aburrido. Comenzaron una conversación y yo estaba escuchando. Y, en un momento, el religioso dijo algo brillante. Él dijo: “No estás siguiendo la religión X porque la entiendes. La sigues porque estás acostumbrado a hacer esto”.

Entonces, las personas que realmente entienden sus orígenes, sabiendo que todos los orígenes promueven la paz, el amor y la cortesía, nunca pelearán por razones mezquinas y sin sentido.

Debido al adoctrinamiento que construye una creencia equivocada (y aborrecible) en la superioridad de su religión, elenco, raza, etc.

Buen artículo sobre esto

Hindú, musulmán, cristiano … no me importa

Los conceptos importan, no los símbolos. Quien aprendió álgebra básica no puede odiar.

Se debe a dos actitudes básicas: ¡libre albedrío y orgullo!