No, pero hay algo en la combinación de física cuántica y relativista que puede interpretarse como misticismo.
Una “vida futura” ya no es posible en lo que los físicos describirían como el “mundo real”, ahora que sabemos exactamente qué es la vida. Por ejemplo, somos libres de describir los virus como no vivos o vivos. La distinción no es más que la consecuencia de tener ahora una mejor comprensión de lo que es la vida, de lo que la historia de la palabra misma puede dar.
Es por eso que Carl Sagan puede hablar sobre “formas de vida” en otros planetas basadas en la química “inorgánica”. Inorgánico en lo que respecta a la Tierra. Pero el principio de cómo ciertas “estructuras químicas” pueden reproducirse y evolucionar es bien entendido.
Lo que los físicos describen como el “mundo real” es el mundo macro, en el que, aunque existe una paradoja / singularidad en su origen, y en su destino, confiamos en las reglas intermedias.
Por ejemplo, de las reglas que describen la columna vertebral de fósforo y carbono de la vida.
Sin embargo, a los físicos de hoy se les presenta un problema, en el sentido de que los extremos del “mundo real”, el mundo de las partículas subatómicas, el horizonte de eventos de los agujeros negros, la singularidad del llamado “Big Bang”, etc. Sin embargo, hay muchas posibilidades de que, debido a que no están limitadas por TODAS las reglas del “mundo real”, están abiertas a todo tipo de posibilidades “místicas”.
Carl Sagan, a pesar de ser un astrofísico, que estaría acostumbrado al prejuicio religioso habitual de que los “aztecas” no entienden lo que es un “eclipse solar”, adopta un punto de vista “religioso”, de los “señores extraterrestres” que nos envían planea una “máquina de agujeros de gusano”, en su novela Contacto.
Tenga en cuenta que un tema principal de este libro, sin embargo, es el repudio de toda religión. Sus señores alienígenas aún son capaces de cometer errores.
Un “aspecto místico” de la astrofísica moderna está bien documentado por Roger Penrose (edición – gracias a Tom McFarlane), en su libro The Emperor’s New Mind. Como otros ya han señalado, es fácil ver que las personas que no entienden los detalles comienzan a inventar correspondencias a elementos de fe que ya tienen.
Como el comprensible deseo humano de que sus antepasados vivan para siempre. ¿Qué le dice el padre ateo astrofísico a su hija de 6 años cuando muere su madre? Aparte de algo que un astrofísico adulto SABE NO está conectado con los “misterios” del universo, una MENTIRA, sino uno conveniente.
Por lo tanto, es fácil ver cómo un astrofísico racional (seleccionará uno):
1. Acepte la parte “mística” y siga desde ese punto de una manera puramente científica.
2. Repudie la parte “mística” sin una buena razón, que no sea un prejuicio contra la metafísica que se asemeja al sobrenaturalismo.
3. Intenta establecer una síntesis de dos filosofías dispares.
Creo que aquellos que son demasiado rápidos para denunciar el “misticismo” en física son tan culpables de estupidez e ignorancia como Adolf Hitler, cuando llamó a la física de dos científicos alemanes “judíos”, solo porque uno de ellos (Albert) fue capaz decir que la Torá no tenía ningún sentido en su bar mitzvá.
Y porque ignoraba el hecho de que la teoría de Max era realmente la más controvertida.