Cualquier testimonio o ‘testimonio’ de la relación de cualquier creyente con Dios es válido. Mientras no se degenere en un cuento de pescadores alto o un concurso de meadas (perdóneme), donde uno está tratando de asumir una Gloria que solo le pertenece a Dios.
Un testimonio es la relación de una historia que uno ha pasado y que Dios ayudó o entregó.
Un testigo puede ser una de dos cosas:
Un ‘testigo’ en el sentido de la iglesia es alguien que tiene una reputación irreprochable en Cristo (en la medida en que uno puede ser y aún ser humano) y debe verificar la realización de ciertos derechos de paso, como la ordenanza.
- ¿Qué religión es la más hipócrita?
- ¿Qué sucede cuando mueres, según tu religión y creencias?
- ¿Por qué algunos ateos estudian las escrituras religiosas de diferentes religiones?
- Según su religión, ¿cuál es el propósito de la vida?
- ¿Qué te hace estar tan seguro de que tu religión es la correcta?
o
Un ‘testigo’ es alguien que relaciona su testimonio con un no creyente y (suponiendo que esa persona desea ‘convertirse’ los guiará a través de una oración de apertura a Dios por medio de Cristo. Este tipo de testigo es más un maestro terrenal que se esfuerza por liderar con éxito otro para conocer a Dios, a través del Espíritu Santo.
Todas esas experiencias, testimonios y testigos son válidos como otros testimonios o testigos de Dios. Solo asegúrese de hacer lo que Jesús dijo cuando se le preguntó sobre impuestos,
Fariseo: “Maestro, ¿no es cierto que uno debe pagar impuestos al César?”
Cristo, “Déjame ver una moneda”.
El fariseo le entrega una moneda.
Cristo, “¿De quién es esta imagen en la cara de la moneda?”
Fariseo, “César”
Cristo, “Entonces da a César lo que es de César y da a Dios lo que es de Dios”
Amén