Jesús era un recogedor de trapos judío, para todos los efectos, y un bastardo en la negociación. Nadie lo nota hasta que aparece en el horizonte militar romano como un potencial insurgente, momento en el cual los romanos comienzan a recopilar información actual sobre sus actividades. Cuando es llevado ante Pilato, Pilato no lo considera una amenaza y es de interés para Herodes por su valor de entretenimiento. Pilato sabe cómo es un verdadero bandido y le ofrece uno a la mafia, que prefiere a Barrabás a Jesús, ninguno de los cuales tiene nada que ver con su infancia. Lucas recoge lo poco que tenemos sobre su infancia en entrevistas con su madre y personas que lo conocieron cuando era niño, pero esto fue solo después de que se le reveló quién era.
Entonces, sí, fue una coincidencia que los cuatro Evangelios dejaron de lado la vida temprana de Jesús, pero de ningún momento.