La Biblia solo es confusa si la tomas literalmente. Eso te lleva por todo tipo de caminos falsos con toneladas de reglas y regulaciones que no tienen nada que ver con el amor de Cristo. De hecho, el Papa Francisco recientemente hizo una declaración masiva en ese sentido: “Toda escritura que no conduzca al amor de Cristo es obsoleta”. Eso significa que está bien simplificar en algunos aspectos.
Pero para hacerlo, es importante darse cuenta de cómo funciona realmente la simplicidad. Cuando Jesús enseñó a la gente común, usó parábolas o historias simples diseñadas para transmitir realidades espirituales bastante complejas. Así, el pequeño ejemplo de una semilla de mostaza que crece en un gran árbol simboliza la capacidad de la fe para crecer no solo en un individuo, sino en culturas enteras.
Este simbolismo es el instrumento de todas las escrituras, ya que utiliza un recurso literario llamado metonimia: “las características de una cosa solían representar la naturaleza de otra”.
Aquí hay otro ejemplo extremadamente bueno del simbolismo usado por la Biblia: John 1King James Version (KJV) 1 Al principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
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Ahora, no debemos tomar eso en un sentido literal. ¡Dios no es literalmente las palabras en esta página! En cambio, entendemos que la palabra Palabra significa significado. Dios nos da significado, y ES significado en el sentido espiritual.
Saber que tenemos la libertad de entender las Escrituras en un sentido metafórico es bastante importante. Se prescinde del hecho de que la historia de la creación en el Libro del Génesis, por ejemplo, debe interpretarse como siete días literales, o que había personas literales conocidas como Adán y Eva. Estas son interpretaciones altamente simbólicas de ideas espirituales. Funcionan como la parábola de la semilla de mostaza. Lo mismo con el Árbol de la Vida o el Río de la Vida o muchos otros dispositivos orgánicos e inorgánicos y literarios utilizados para describir a Dios. Recuerde, los primeros creyentes ni siquiera decían el nombre de Dios, prefiriendo una versión sin aliento que transcribimos como YHWH o Yahweh.
Y el nombre original de Jesús probablemente era Yeshua, un nombre de origen judío. Todas nuestras interpretaciones anglicanas de las escrituras son en realidad lo último “un poco”. Esa es la razón real por la cual la Biblia es confusa para algunos. La gente trata de convertir el texto que fue transcrito e interpretado una y otra vez en una fantasía literal de que Dios habló o escribió esas palabras de manera literal. Simplemente no es cierto, ni lo es el literalismo confuso que emerge de él. En su lugar, lea la Biblia con un corazón comprensivo y deje que se filtren los pasajes significativos de amor y justicia y las formas saludables de respeto temeroso por Dios.
Y lo más importante, Jesús no era “conservador” de ningún tipo. Su vida fue una posición políticamente significativa contra los poderes terrenales que corrompieron la Palabra de Dios para servir a sus propios propósitos. Luchó contra ellos con uñas y dientes, llamándolos una “prole de víboras” e hipócritas por usar la autoridad de Dios para beneficiarse en riqueza y poder. Eso sigue sucediendo hasta el día de hoy, y es una razón clave por la que tantos cristianos esperanzados están engañados y confundidos acerca de la naturaleza de la Biblia.