¿Por qué hablamos verdad y decimos mentiras?

La verdad se basa en el recuerdo, las mentiras se basan en la memorización.

Cuando las personas dicen la verdad, recuerdan los acontecimientos. Cuando las personas mienten, están contando una historia ensayada y memorizada, o inventando una historia en el acto.

A menudo, cuando las personas dicen una mentira, la repiten textualmente de contar a contar. La historia de pesca de papá es siempre la misma, palabra por palabra. Incluso puedes decir lo que va a decir antes de que lo diga, porque lo has escuchado mucho.

Los eventos no se recuerdan, pero la mentira se vuelve a contar. La historia tiene un comienzo para terminar.

¿Alguna vez has tenido que poner algo en orden alfabético? Es el mismo proceso de pensamiento cuando encontrar “H” dice el alfabeto en su cabeza comenzando en “A”.

Pero cuando alguien recuerda los eventos, tiene una gran cantidad de memoria sensorial a la que recurrir. Si alguien te pregunta qué comiste de postre, no tienes que recordar toda la comida para recordarla. Recordarás el sabor, el olor, la acidez estomacal después.

Procesará mucha información sensorial para recordar la verdad. Con una mentira? Solo recordarás la mentira. Las mentiras consisten en palabras. La verdad consiste en el recuerdo.

Y es por eso que se dice la verdad y se dicen las mentiras.

Generalmente nuestro discurso es una descripción aproximada de algo que deseamos comunicar. Si lo que decimos es exacto dentro de los límites aceptables, se considera veraz. Si no, se considera falso. La falsedad puede ser intencional o no intencional. Cuando es intencional se considera una mentira.

Por qué hacemos uno u otro depende de nuestras motivaciones. Nos esforzamos por ser sinceros cuando queremos comunicar descripciones razonablemente precisas y correctas a los demás. Mentimos cuando queremos convencer a otros de falsedades o para distraerlos o confundirlos acerca de la verdad.