El terrorismo está en todas partes. La cuestión es que algunos están por encima de ser juzgados por sus crímenes y pueden señalar con el dedo a otros. Es como cuando una persona rica y corrupta en una posición alta tiene el derecho de juzgar y castigar al pobre hombre que trabaja en su empresa por robar su pluma. Ahora, robar no es algo bueno, pero en comparación con lo que hace su jefe, no es nada. Pero el jefe tiene la autoridad de castigarlo como si le importara aplicar la justicia … cuando él es el jefe, un gran ladrón.
Del mismo modo, algunos terroristas señalan con el dedo a otros terroristas (que han sido creados por políticas e injusticias equivocadas e injustas) y le dicen a las personas que debemos eliminarlos. El terrorismo no se limita a individuos aquí y allá. Incluye decisiones erróneas o codiciosas de los gobiernos que resultan en daños fatales difíciles de contener. Pero como es difícil enfrentar la fea verdad, culpar a otros es la estrategia adoptada.