Sí tu puedes. Nuestros recuerdos no son tan confiables como nos gusta pensar. Cada vez que imagina una escena de una manera particular, fortalece el “cableado” del cerebro que graba la escena. Se vuelve más real para ti, indistinguible de un recuerdo de algo que realmente sucedió.
Conocí a alguien que contó la misma anécdota varias veces a lo largo de los años. En el primer relato, la frase era “ella debería haber dicho”, con respecto a un regreso rápido a alguien. Con el tiempo, la historia se transformó en “ella dijo” y eventualmente en “yo dije”. Estoy segura de que ella “recordó” a sí misma entregando la línea inteligente.
Aquí hay una situación hipotética. Dices una mentira para cubrirte: “Te conté sobre eso cuando sucedió”. Quieres aclarar tu historia si alguna vez te lo piden, así que imaginas cómo habría sido esa conversación, si realmente hubieras contado persona. Tendrá que pensarlo una y otra vez, agregando detalles cada vez. Cada una de estas revisiones fortalece la imagen mental, hasta que la conversación imaginada se convierte en un recuerdo más fuerte que la decisión original de mentir sobre la conversación. “Te lo dije cuando sucedió” se convierte en la realidad recordada para ti.
Aquí hay un artículo interesante sobre cómo se pueden manipular los recuerdos. “Los investigadores convencieron al 70% de los participantes de que habían cometido un delito grave”.
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