Cada persona decide si tiene sentido y qué versión tiene. Pero cualquiera que sea el sentido que tenga la religión, se encuentra en un ámbito diferente de lo que pensamos como consideración racional de las preguntas. Es por eso que es tan difícil entender las enseñanzas religiosas. Utilizamos todas nuestras herramientas para aprender, leer, escuchar, pensar y debatir, y terminamos conociendo más hechos sobre la religión. Pero no tenemos la certeza defendible del conocimiento que llevamos lejos de nuestros otros esfuerzos intelectuales.
Los científicos que estudian el cerebro y la mente han descubierto poco sobre la conciencia hasta ahora, y la religión es fundamentalmente sobre la conciencia humana. Es la conciencia de una gran brecha en nuestra comprensión. Del mismo modo que el telescopio Hubble no ha captado una instantánea de Dios encendiendo el Big Boom, dudo que los neurocientíficos alguna vez encuentren un lugar en el cerebro donde Dios está estampando neuronas con preguntas sobre Dios. Pero no me sorprendería si descubrieran características de la arquitectura del cerebro que procesan las percepciones y los pensamientos de manera muy diferente de la comprensión actual de la inteligencia: procesos neuroquímicos que toman la misma información que “tiene sentido” a través de los procesos racionales de los que ya somos conscientes y determinan si Tiene un tipo diferente de sentido, o tal vez sentido de varios tipos diferentes.