No, es un acto de mansedumbre y humildad, o al menos debería serlo. Jesús dio un ejemplo de oración egocéntrica comparándola con una oración humilde y prácticamente dijo que no es un método justificable de comunicación con el Señor.
Dos hombres subieron al templo a rezar; el uno fariseo y el otro publicano.
El fariseo se puso de pie y oró así consigo mismo, Dios, te agradezco que no soy como otros hombres, extorsionadores, injustos, adúlteros, o incluso como este publicano.
Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo.Y el publicano, parado lejos, no levantaba tanto como sus ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Te digo que este hombre bajó a su casa justificado más que al otro: porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido (Lucas 18: 10-14).
También nos recuerda que si tenemos falta de perdón en nuestros corazones, debemos dejarlo ir y perdonar a los demás antes de pedir cosas.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Ten fe en Dios. Porque de cierto os digo que todo aquel que diga a este monte, sé removido y arrojado al mar; y no dudará en su corazón, sino que creerá que las cosas que dice sucederán; Tendrá todo lo que diga. Por eso te digo: ¿Qué cosas deseas, cuando ores, cree que las recibirás y las tendrás?
Y cuando estés de pie orando, perdona, si tienes contra alguno: para que también tu Padre que está en los cielos te perdone tus ofensas. Pero si no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestros delitos (Marcos 11: 22-26).