Cómo convencer a Arabia Saudita de separar iglesia y estado

Todos los estados tienen una base filosófica. Estos generalmente se agrupan en uno de los tres fundamentos básicos:

  1. Derecho divino
  2. Evolución social natural
  3. Contrato social

En el primero, el Estado es visto como una extensión de un Estado de otro mundo, generalmente “el Reino de Dios”. Por lo tanto, el Estado existe como una creación divina, y el gobernante del Estado es visto como el Representante de Dios en la tierra.

En el segundo, el Estado es visto como una evolución natural de la interacción social humana. En esta categorización, la humanidad pasa por la historia experimentando y aprendiendo, y el producto final será una sociedad humana que finalmente logrará la paz y la satisfacción como resultado de las lecciones aprendidas con el tiempo.

En la tercera categoría, el Estado es una creación artificial cuya existencia es un compromiso negociado entre los gobernantes y los gobernados. La gente se organiza en un cuerpo político y acuerda conferir autoridad a una estructura gubernamental dada que luego se encarga de hacer cumplir ciertas leyes para el bien común. Las personas mantienen un control sobre esta estructura al ejercer regularmente su derecho a elegir los representantes que llevarán a cabo las tareas del gobierno en su nombre.

Arabia Saudita se define a sí misma como un Estado Islámico, y el Rey de Arabia Saudita se llama “Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas”. Como el lugar de nacimiento del Islam, Arabia Saudita se ve a sí misma no solo como la custodia de esa fe, sino también como la manifestación de la Ley de Alá – Shariah – en la tierra. Por lo tanto, el Estado cae en la primera categoría, y sus gobernantes y sus compinches clericales, el clero wahabí, consideran su existencia como la voluntad expresa de Alá.

En consecuencia, no es posible que el Estado saudí, tal como está constituido actualmente, separe “Iglesia del Estado”. Su ley se basa en el Corán, su legitimidad se deriva de su interpretación del Islam, y su existencia es vista como la voluntad divina del propio Alá. Si separas a la Iglesia del Estado, Arabia Saudita deja de existir tal como es.

Por lo tanto, la única forma de separar a la Iglesia del Estado sería tener una revolución que elimine las bases islámicas del Estado de Arabia Saudita y elija otra base, tal vez el Contrato Social, como la filosofía fundamental del Estado. Irán se fue por el otro lado en 1979, pasando de un estado secular a una teocracia.

El gobierno y el poder judicial sauditas se basan en la sharia, o al menos en su interpretación. Como tal, las instituciones fundamentales están alineadas con la religión, y cualquier cambio necesitaría ser importante y probablemente sería el resultado de un evento catastrófico como la disolución de la actual Arabia Saudita.