Se requiere un alto nivel de probidad debido al hecho de que las complejidades de los mercados, los estándares de adherencia financiera y el mundo dominado por la élite han creado un gran riesgo para mantener el funcionamiento ético de los organismos financieros. Pero el dinero se convierte en una bendición solo si está bien regulado por los estándares públicos, y no solo por la clase ejecutiva. Surgen tres aspectos principales para mantener un alto grado de responsabilidad y probidad:
- Claridad sobre roles, responsabilidades y objetivos: los bancos centrales, los bancos comerciales, los bancos privados, los bancos de inversión, los bancos cooperativos, las casas de bolsa, los organismos corporativos que se ocupan de las finanzas tienen una cosa en común, es decir, reglas para tratar con el dinero. El FMI ha proporcionado el código de buenas prácticas y políticas financieras para todos los bancos centrales de todo el mundo. El dinero es el elemento más vital de todos, para cualquier forma de economía, ya sea de un patrón capitalista o socialista. Por lo tanto, el dinero debe coordinarse y regularse con un alto nivel de integridad.
- Proceso abierto para formular y reportar decisiones de política: el El marco, el instrumento y los objetivos deben divulgarse públicamente. El mundo corporativo que influye en el mercado (incluido el mercado financiero) a menudo recurre a evadir las reglas de impuestos, aranceles, ceses, gravámenes y sanciones especificadas por el gobierno. Las medidas monetarias del Banco de la Reserva no serán efectivas a menos que se verifiquen las fugas de dinero a manos privadas. Por lo tanto, se requiere un alto estándar para mantener un sistema de informes abierto y evaluar los niveles de cumplimiento.
- Responsabilidad y garantías de integridad: cuando se puede rastrear un dinero a través de todas las rutas posibles, ya sean nacionales o internacionales, ciertos nodos de la red se vuelven susceptibles a la codicia humana y al mal funcionamiento. La redistribución de la riqueza de la nación necesita un alto grado de integridad y, como tal, la responsabilidad de cada institución, ya sea en el sector gubernamental o corporativo, es de suma importancia.