Al igual que los musulmanes y los cristianos rezan a sus propios ídolos, los hindúes también rezan a sus ídolos. Los ídolos de todos están en sus mentes, nunca afuera. No hay ninguna diferencia entre religiones. Es humanamente imposible rezarle a nada ni a nadie, excepto al propio ídolo creado mentalmente. No darse cuenta de esta verdad es la mayor tragedia del monoteísmo. Los monoteístas andan destrozando las estatuas e imágenes de otras personas confundiéndolas con “ídolos”, mientras que sus propios ídolos crecen monstruosamente en sus cerebros. La falta de autoconciencia atrapa a los monoteístas en la adoración de ídolos autodestructivos. Más estricto tu monoteísmo, cuanto más odias a los ídolos, más adorador de ídolos eres. Esto quedará claro por simple auto observación, y ha sido probado por la psicología moderna y la neurociencia.
NOTA: No estoy condenando la adoración de ídolos porque todos lo hacemos sin excepción. Es natural para la mente humana. El error es condenar los ídolos de otras personas sin ver el tuyo. Entonces se vuelve peligroso para su propia salud mental y espiritual. Un hindú parece darse cuenta instintivamente de eso, por eso no condena a los ídolos de otras personas. Quizás esto derriba su ego y, por lo tanto, lo acerca a Dios.