¿Un descendiente matrilineal de muchas generaciones de un converso judío impropio no es realmente judío en la ‘realidad’ (desde el punto de vista de Dios)?

En la ley judía tenemos un concepto muy fuerte de “chazakah” (חזקה) en cuestiones de pedigrí. Eso significa que si una persona se presenta ante la corte rabínica alegando ser judía, se le da el beneficio de la duda hasta que se demuestre lo contrario; Además, una persona que durante mucho tiempo se suponía judía es judía en todos los aspectos hasta que se demuestre lo contrario. Los estándares de la prueba son bastante altos y, hasta donde yo entiendo, y no soy un experto en estos temas, no hay evidencia documental que pueda producirse desde hace 500 años que convenza a un tribunal de revocar el estatus judío de alguien.
El Talmud realmente hace una pregunta muy similar. ¿Qué pasa con los mamzerim (hijos de uniones ilegítimas) que se hacen pasar por legítimos y se casan con familias judías regulares? Cuando Elijah el Profeta regrese, ¿separará a esas personas? Hay varias opiniones, pero a mi entender, la respuesta estándar es que no, una vez que esa línea se “mezcla” con el pueblo judío, no se separará, sino que se integrará a los judíos en la época mesiánica. También entiendo que eso significa que desde la “perspectiva de Dios”, por así decirlo, la persona en realidad se considera un judío kosher. Personalmente, creo que lo mismo ocurre con su ejemplo hipotético.
Por supuesto, si se demuestra una conversión ilegítima, no hay nada que hacer más que convertir.

Para la ortodoxia, sí, significa todo. En realidad, soy judío, incluso si no estás de acuerdo

Tendrían que convertir.

Soy cristiano, pero daré una respuesta simple: lee el libro de Rut y pregúntate si ella se convirtió “correctamente”. Me parece que su conversión fue aceptable para Dios desde el principio, a pesar de algunas irregularidades en su conversión.

En cuanto a la cuestión generacional, no creo que sea realmente relevante. Todas las genealogías originales han sido “rotas” en el sentido de que están perdidas, con lagunas irrecuperables. La conversión y la fe son, en última instancia, responsabilidad de cada individuo.