En primer lugar, la batalla del mal contra el bien y la verdad contra la mentira continuará hasta la Hora. Es obligación de un musulmán luchar (Jihad) verbal, espiritual y físicamente contra la corrupción, el mal y la falsedad. Es obligación de los musulmanes mantenerse firmes en la justicia como testigos de Alá contra sus propios padres si es necesario, de su propia especie e incluso de sí mismos. Los musulmanes guiados correctamente participan en esta batalla todos los días, física y verbalmente. Una forma de luchar contra la corrupción y la inhumanidad es impartiendo conocimiento e invitando a las personas a la Verdad. Al ser firme en la religión y practicar el Islam interior y exteriormente uno contrarresta la mentira y da un ejemplo de justicia para los demás.
En segundo lugar, la fuerza está en los números, la unión y la devoción. La Ummah (comunidad musulmana) está dividida y, lamentablemente, muchos musulmanes están demasiado ocupados persiguiendo asuntos mundanos y carecen de educación y son ajenos a los signos de ajuste de cuentas (Fitnah) y sus deberes. Cuando venza el plazo designado, el Imam Al Mahdi se levantará y unirá a los sirvientes guiados correctamente y comenzará la batalla por la reforma. Sin embargo, la espera de la llegada del Imam Al Mahdi no exime a los musulmanes de sus deberes de luchar con su riqueza, salud y vida por el bien de Allah. Puede o no ser testigo de su aparición. Esta actitud de negligencia es otro problema con los musulmanes de hoy. “Dejemos todo al Imam al Mahdi, siéntense y esperen y mientras tanto sigamos con nuestros asuntos mundanos …” La magnitud de la fitnah (pruebas y tribulaciones) que enfrentan los musulmanes hoy se debe a su negligencia y desobediencia. Que Allah nos guíe a todos y nos proteja contra la fitnah de Ad-Dajjal.