Considero que hay dos opciones clave. Bueno tres.
1. Realmente podrías aprender algo sobre la evolución. “Suena imposible” no es un argumento. Cuanto más aprendes, más plausible suena.
2. Simplemente no te puede importar. Para ser honesto, ¿con qué frecuencia aparece en tu vida diaria? Si fueras biólogo (o muchos otros tipos de científicos), aparecería todos los días, y creerías en ello porque sabías mucho al respecto y las cosas que aprendes realmente importan. Así funciona el punto 1. El punto 2 significa que no tiene que tomar una decisión porque en realidad no le importa. Pero si no lo eres, probablemente podrías pasar años enteros sin que aparezca.
La opción # 2 viene con el concomitante “simplemente deja de hablar de eso”. No es necesario, y lo libera del oprobio social que surge al descartar una de las teorías más útiles y mejor demostradas del mundo con nada más perspicaz que “suena imposible”. Aquí es donde entra la tercera opción: ignorar el famoso dicho de que “es mejor permanecer en silencio y ser considerado un tonto que hablar y eliminar toda duda”, y vivir con las consecuencias.
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Porque si estabas esperando algún tipo de opción # 4, “Oh, aquí hay una teoría que en realidad es más plausible (para los no educados) que la evolución y, sin embargo, de alguna manera ha sido ignorada por todos los científicos que trabajan” … no sucede. Lo siento. No es tuyo.