¿Por qué las personas se convencen de que los cambios suceden cuando tienen memorizado un texto bíblico selectivo?

Cuando memorizamos la Palabra de Dios, suceden varias cosas. El Salmo 119: 11 nos dice que el salmista escondió la Palabra de Dios en su corazón para que no pecara contra Él. No solo escuchó y leyó la Palabra, sino que la interiorizó y la guardó en su mente y memoria para usarla en el futuro. La Palabra de Dios es la única arma verdaderamente poderosa del creyente contra el pecado, y cuando se coloca en la mente a través de la memorización de la Biblia, es una fuerte influencia para la piedad y la vida justa. Hebreos 4:12 nos dice que la Palabra de Dios es “viva y activa”, lo que significa que tiene un poder sobrenatural para moldearnos a la semejanza de Cristo cuando meditamos en ella, y no hay mejor manera de meditar en la Palabra que tener en nuestras mentes y recuerdos.

Efesios 6: 13-17 describe la armadura del creyente en la batalla por nuestras almas y la supervivencia espiritual. Todos los elementos de la armadura son defensivos, excepto uno. La única arma ofensiva es la “espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (v. 17). Así como Jesús usó la Palabra de Dios para defenderse de los ataques de Satanás (Mateo 4: 1-11), también debemos poder usar la misma arma. Pero rara vez Satanás nos da tiempo para “buscar” los pasajes correctos cuando nos enfrentamos a sus mentiras y engaños. La memorización de la Biblia asegura que tendremos las verdades y principios apropiados en mente y podremos recordarlos instantáneamente para responder efectivamente al maligno que busca destruirnos (1 Pedro 5: 8). Romanos 12: 1-2 nos exhorta a “renovar” nuestras mentes para que ya no seamos influenciados por el pensamiento que nos conforma con este mundo. La única forma de renovar la mente es llenarla con las Escrituras.

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Ese es el cristiano supersticioso que piensa que la Biblia es un libro de encantos y encantamientos, cuando es solo un registro de lo que Dios ha estado haciendo con su pueblo elegido, los judíos.

No se confinan tanto como experimentan el cambio.

La gente secular memoriza versos por la misma razón.

Las palabras importan. Los patrones importan. La gente no leería libros si las palabras no importan.

Aquí hay un par de metáforas que podrían ayudar:

  • La Biblia es un manual del propietario.
  • La Biblia es un sistema de GPS.
  • La biblia es una brújula

Podría necesitar más detalles. Para mí, la respuesta es obvia.

No somos solo el producto de nuestra genética. No somos solo un producto de nuestro entorno. Ambos somos esas cosas, y también somos producto de nuestra conciencia. Nos volvemos lo que pensamos.